Manuel es como un viejo sabio, medio chamán, medio duende, que se coló en un cuerpo en 1970.
Manuel empezó a hacer yoga por supervivencia, como seguro que les ha pasado a muchas personas. El yoga fue uno de los grandes puntos de inflexión de su vida. Sentía tanto dolor físico y tanto estrés que no tuvo más opción que pedir ayuda, y saber recibirla. ¡Gracias Pilar!
Desde entonces ya han pasado 16 años.
Manuel es de Cazalla de la Sierra, un pueblo mágico de la Sierra Morena de Sevilla. Es un hombre de montaña, de pies grandes descalzos por el bosque, de setas, y rivera.
Es una persona estudiosa y concienzuda. Ha viajado a India en varias ocasiones, ha hecho varias formaciones de yoga. En España con la Escuela Yoga Sadhana donde nos conocimos. En India en Sivananda en Neyyar Dam entre otros, SVYASA University, en el Prashanti Kutiram, Bangalore. En Sevilla estudió la formación de Gestalt (lo que os aseguro que aplica en todo lo que hace en su vida) en La Montera, con Ramón Resino, Antonio Gamíz, José Antonio Segura y otros grandes psicoterapeutas. Terapias corporales en Quiromasaje en Kyros Sevilla, Arun Tacto Consciente con Anubhuda y Anasha, durante 3 años seguidos en Lalita, masajistas del Ashram de Osho.
Son algunas de las materias en las que se ha formado, incansable aprendiz y buscador. Como podéis ver, un gran asesor para muchos tipos de materias.
A Manuel le gustan las cosas claras, sencillas y bien aderezadas. Le gusta hacer los procesos bonitos. Nada de usar cualquier cosa, la belleza en las cosas cotidianas desde la más profunda sencillez y austeridad.
Manuel es capaz de mover el viento, de ver animales abisales en la orilla del mar, de parar el tiempo, y de hacerte reaccionar con una sola frase.
Admiración, cariño y seguridad es lo que despierta en la gente que lo conoce.