5 claves para sentarte bien a meditar

Meditar es una práctica cada vez más extendida y necesitada, a causa del ritmo de vida que llevamos y la falta de educación emocional y de cómo funciona nuestro propio circuito cerebral. Parar la mente y activar nuestra propia energía poderosa es toda una disciplina que habría que comenzar en la niñez.

Un buen asiento para la meditación es imprescindible. El asiento es donde se reafirma nuestro chakra raíz, Muladhara. Desde allí parte la Kundalini en un viaje más o menos excitante hacia el chakra corona.

Alegóricamente se explica la Kundalini con la imagen de una serpiente enroscada en el perineo (Chakra Muladhara). Una serpiente que simboliza la energía vital. El despertar de la Kundalini es una parte esencial de los trabajos del Yoga, la Meditación y el Tantra.

Meditar es conocerse, habitarse, y ser el que observa, no el que reacciona antes las vicisitudes de cada día. ¿Quién observa?

Medita en una postura correcta, eso te dará la principal herramienta para el despertar de la Kundalini. Para parar la mente y activar tu energía vital.

Imagina un triángulo como soporte de tu meditación.

Rodillas y Muladhara son el triángulo base desde donde partimos. Sin eso empezamos mal. Depende de tu altura, y tu flexibilidad necesitarás un cojín más o menos alto. Por otro lado, la buena noticia es que no importa como seas, siempre hay un elemento que te ayuda a colocarte en la postura correcta.

Que tus rodillas apoyen en el suelo.

El peso del cuerpo ligeramente hacia adelante. Que las rodillas te anclen a la tierra.

A veces es imprescindible poner algo bajo una o ambas rodillas, porque que no hay manera de conseguir que lleguen al suelo. Puedes poner desde pequeños bolster, ladrillos, mantas,… lo que sea, pero no dejes tus preciadas rodillas al aire, ya que las vas a forzar y lastimar.

El sacro basculado hacia atrás levemente.

Para respetar la curvatura natural de la espalda. Eso es algo que sin cojín cuesta bastante, sobre todo al principio. EL sentimiento es que la columna vertebral crece. Que damos espacio a las vértebras, que pueden respirar.

Plexo Solar abierto

A medida que subimos por la columna notaremos que si los pasos anteriores están dados, lo demás se coloca casi solo. El pecho abierto, los hombros relajados y levemente girados hacia atrás.

El cuello, el mentón y la coronilla.

La coronilla va al cielo. Por eso hay que recoger levemente el mentón hacia el pecho.

Expresión de la cara, ojos, y boca.

Uno de las tareas durante la meditación es ir revisando que todo el cuerpo está relajado a la par que activo y presente.

Boca relajada, ligeramente entreabierta. ¿Por qué? Porque es uno de los sitios más fáciles donde materializar la tensión, y cuando nos damos cuenta tenemos la boca bien apretada.

La lengua con la punta sobre los dientes, ayuda a salivar menos.

Párpados entreabiertos. Estás “Aquí y Ahora”. Como si llevaras la vista 1 metros aproximadamente por delante de tu cuerpo.

Hay muchos detalles que apuntar, muchos que revisar durante la práctica. Estos son los más básicos.

La postura de meditación no es dolorosa.

Puede que sea complicado coger el tranquillo. Si notas dolor, o molestia, pregunta antes de lastimarte, no mereces ese dolor.

Te deseo una buena práctica.

Om Shanti
..

Añade tu comentario